El domingo 10 de mayo, se
celebró en la localidad de Cistierna, la
marcha cicloturista de BTT organizada por el Club de Montaña los Rejos y como
era de esperar allí se desplazó nuestro
Cabracol ciclista José, con la idea de continuar su preparación para la Reina
Road, ya que se preveía una dura prueba con casi 2000 metros de desnivel
positivo en apenas 47 km, aquí nos deja su crónica

Después de saludar a los
conocidos que se habían desplazado al lugar, de las fotos de rigor para
inmortalizar el momento, me despido de
mi mujer y mi hija, quienes como siempre, me dicen “TEN CUIDADO, NO HAGAS EL
BRUTO QUE TE CONOCEMOS”, me coloco en el cajón de salida, en compañía de Javi,
viejo conocido y compañero de fatigas, con la idea de hacer el ecorrido en su
compañía hasta que el cuerpo aguante.
Después de las palabras de
ánimo y el acto protocolario pertinente por parte de la organización, comenzamos,
la temperatura sube rápidamente, y el cuerpo lo empieza a notar a las primeras
pedaladas, entramos en calor con una
rápida vuelta por el pueblo y comenzamos a subir entre pinos, por una pista
rota, repleta de grava con una pendiente relativamente suave, poco a poco, el
grupo comienza a estirarse y Javi, como no podía ser de otra de manera, empieza
a fijar un ritmo, que nos permite ir adelantando muchas posiciones.
Con las primeras rampas duras, empiezan a
relucir quien ha entrenado y quien no, descolgándose del grupo principal las
primeras unidades, yo voy bien sigo detrás de Javi, quien marca un ritmo
endiablado y constante y así comenzamos lo que para mi fue una autentica
odisea, sin previo aviso, comienzo a notar un fortisimo dolor en el estomago ufff, madre mía esto que es????, espero que se me pase pronto, que sea
un pequeño susto, le hago un gesto a Javi, para que tire, que voy a quedarme un
poco a ver si se me pasa, pero….. Km 10
fin de la primera subida, primeras arcadas y el resto os lo imagináis, que no
hace falta mucha imaginación para saber lo que aconteció después.
Bueno, pienso ya está
ahora se aposenta el estomago y a rodar, comenzamos la bajada que entre el mal
estar del estomago y lo inflado de las ruedas, no disfruto, cada vez me
encuentro peor empiezan a dolerme ya
todas las articulaciones y los síntomas de la deshidratación hacen su
presencia, empieza rápidamente otra subida que se me hace eterna e intentando pensar en otras cosas, llego al
primer avituallamiento, donde tomo algo de bebida, como algo y me tomo uno de
los geles para intentar aposentar los calambres del estómago, cosa que no
conseguí.
Con el pinchazo que me
puso, decido seguir la ruta, notando los efectos de lo que fuera que me puso y así llegamos a una bajada que madre mía,
que bajada, super técnica un senderín de apenas 20cm con roca y escalones, que
no hacen mas que acrecentar el cansancio
que llevaba acumulado, el cuerpo ya no me responde, sigo con un malestar
general horroroso, aún así decido
arriesgar suelto frenos y me dejo caer adelantando varias unidades y como era de esperar en uno de los escalones,
me faltan los reflejos y las fuerzas
para levantar la rueda delantera para modificar la trayectoria y esquivar a un
compañero que se había parado en seco, se clava en la hierba y salgo despedido por
delante del manillar, voltereta y… después de comprobar que todo sigue en su
sitio y la bicicleta no ha tenido ningún
percance continuo, esta vez con más calma
que las hostias con estas edades ya duelen os lo aseguro.
Bueno y a partir de aquí
mas de lo mismo seguimos bajando hasta el segundo avituallamiento, donde me planteo el abandonar la ruta larga y coger
una escapatoria por la carretera hasta
Cistierna, ya que aún nos quedaban por delante 15 km con una subida de 3km
bastante dura y me encontraba fatal, mareado, cansadisimo, pero….. como escuche decir a algún marine de
esas películas de los sábados por la
tarde “ RETIRADA…. Y UN CUERNO” así que no paro prácticamente nada y haciendo
de tripas corazón, abandono el puesto por una empinada rampa, que…. sorpresa
estaba llena de ovejas, que apenas dejaban pasar y que hay que ir apartando al
paso, lo que me costó un susto considerable, ya que a su par pasaban dos bravos
mastines leones que no dudaron un segundo en colocarse entre el rebaño y yo con
cara de pocos amigos, de hecho, uno de ellos se acercó de manera poco amistosa,
lo que me hizo subir la adrenalina y levantarme del sillín con la intención de
acelerar el paso, cosa que no logré ni lo mas mínimo, no obstante, como me vería el animal que
cuando se puso a mi altura me dejó pasar
sin mas percance que reseñar, mira no
estoy ni para echar de comer a los perros pensé.
Y así aliviado de no haber
recibido un buen mordisco, pasan los km sufriendo y apretando los dientes, ya
que tenía por objetivo el bajar de las 4
horas de ruta, hasta llegar a la entrada del pueblo, donde por fin hay un
llano, meto todo el desarrollo de la bici, y comienzo a coger velocidad
adelantando a uno otro y otro y así a varios compañeros de ruta, quienes me
miran raro, seguro que piensan y este flipado ahora se pone a sprintar, pero me
da igual solo tengo una idea la de llegar y terminar lo que ya se había
convertido en un verdadero suplicio.
Y por fin
3 horas y 45 minutos después de la salida, llego a la línea de meta,
donde llego exhausto, por el último esfuerzo realizado, recibo las felicitaciones
de Javi y mi mujer e hija, quienes me echan una considerable reprimenda por no
haber abandonado la prueba, pero, en
fin que queréis que os diga sólo quienes
han pasado por estas circunstancias, sabrán valorar la recompensa que se
obtiene cuando se cruza la línea de meta, ese momento de gloria que se saborea varios días y por lo que merece la
pena tanto sufrimiento.
Para terminar el relato, os diré que como los
calambres del estomago me dejaron comer, disfrutamos de una comida que supo a
gloria en un restaurante que la organización
había preparado,
Titanes espero no haberos
aburrido mucho, nos vemos en la próxima…. A SEGUIR MACHACANDO ESE CUERPO.